CUÁNDO PLANTEARSE EL TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Concepto


La cirugía de epilepsia es aquélla que tiene como finalidad el buscar una mejoría en la epilepsia farmacorresistente. El objetivo fundamental será la resección de la región epileptógena, sin producir déficit al paciente (cirugía resectiva). Solamente en el caso de que dicha alternativa no sea posible, se recurrirá a procedimientos de desconexión, de cirugía paliativa o a sistemas de estimulación cerebral (1, 2).

Indicación y contraindicación del tratamiento quirúrgico


El planteamiento del tratamiento quirúrgico se debe realizar en base a dos aspectos:

  • Paciente con una epilepsia farmacorresistente (3):
    • Presencia de crisis que interfieren en la vida diaria. Se ha de valorar también la interferencia producida por los efectos secundarios derivados de la medicación antiepiléptica, especialmente en el caso de los niños (4).
    • Empleo adecuado de varios fármacos antiepilépticos, al menos dos monoterapias y una biterapia.
    • Evolución durante un período de tiempo razonable, generalmente de al menos dos años. En el caso de epilepsia que pueda amenazar la vida o de niños este plazo puede ser inferior.
  • Presentación de una epilepsia tratable quirúrgicamente, bien porque el paciente presenta un síndrome remediable quirúrgicamente (definido por historia natural conocida, evaluación prequirúrgica no cruenta, mal control
    farmacológico habitual y buenos resultados con cirugía), en cuyo caso se puede plantear una cirugía más precoz, o bien porque la evaluación prequirúrgica estima que existe algún procedimiento quirúrgico que puede mejorar
    la epilepsia del paciente.

Las contraindicaciones potenciales a la cirugía habrán de valorarse e individualizarse en función del paciente. Se habrán de considerar los siguientes factores: 1) edad, no existe contraindicación formal y se habrá de valorar especialmente la relación entre beneficios y riesgos en pacientes de edad avanzada; 2) enfermedades médicas concomitantes, en el caso de que éstas puedan comprometer el pronóstico vital o funcional; 3) enfermedades psiquiátricas asociadas, especialmente si pueden comprometer el resultado de la cirugía; y 4) un cociente intelectual inferior a 70, lo que se ha identificado como un factor de peor pronóstico en el control de crisis tras cirugía resectiva, pero que no se considera una contraindicación para ella.

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