Introducción
Las ausencias típicas constituyen un fenotipo clínico epiléptico presente en diversos síndromes epilépticos, bien como única expresión de la manifestación ictal o, lo que es más habitual, asociado a otros tipos de crisis. Las más usuales son crisis generalizadas tónico-clónicas y mioclónicas, que tienen especial interés semiológico, tanto para ubicar el proceso en un determinado síndrome, como para optar por una u otra alternativa terapéutica (1), aunque situar cada caso según los criterios de clasificación de la Liga Internacional Contra la Epilepsia (ILAE) no siempre resulta sencillo (2).
Las crisis de ausencia atípica difieren en la morfología clínica y electroencefalográfica, por lo que se enmarcan dentro de una patología más amplia y en la que el síndrome de Lennox-Gastaut posee el mayor protagonismo (1) (nivel de certeza III-IV, grado de recomendación C).
Los dos síndromes epilépticos en los que las crisis de ausencias típicas son el fenotipo clínico fundamental son la epilepsia de ausencias infantil y la epilepsia de ausencias juvenil. No obstante, la epicrisis evolutiva de estos procesos
demuestra la frecuente asociación de otros tipos de crisis, especialmente generalizadas tónico-clónicas y mioclónicas, que constituyen un continuo epiléptico dentro de la denominada epilepsia generalizada idiopática del adolescente y
adulto joven, descrita por Janz (3) y en la que se encuentran solapadas la edad de inicio y la coexistencia de las diferentes manifestaciones clínicas (nivel de certeza III-IV, grado de recomendación C).
Ciñéndonos a los dos síndromes antes mencionados, las características más significativas de la semiología de la epilepsia de ausencias infantil y de la epilepsia de ausencias juvenil, así como las diferencias entre ambos síndromes se resumen en las Tablas 1-5.
ENE