Diferencias en el tratamiento de la epilepsia en el siglo XXI
Jorge G Burneo
Assistant Professor of Neurology, Biostatistics and Epidemiology, University of Western Ontario
Programa de Epilepsia, London Health Sciences Center, Ontario, Canadá
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), salud se define como un estado de bienestar físico, mental y social y no simplemente como la ausencia de enfermedad. Una alteración en la salud puede afectar sólo a un componente de esta definición o a todos. Por otro lado, tratamiento se refiere a cualquier intervención que intenta restaurar la salud. Por lo tanto, como cuando uno diagnostica una enfermedad y establece si la salud está alterada, este paso también se convierte en parte del tratamiento.
En vista de lo mencionado, cuando se hace referencia a la diferencia entre el número de personas tratadas y el de las personas que deberían ser tratadas (de acuerdo con estándares internacionales), estamos hablando tanto de deficiencias en el diagnóstico como en la terapia. El término técnico que estima o mide esta diferencia se conoce como brecha en el tratamiento (treatment gap).
En epileptología, la brecha en el tratamiento de las crisis epilépticas se define como el número de personas con epilepsia activa que no reciben tratamiento, o que lo reciben pero de manera inadecuada, y se expresa como un porcentaje del número total de personas con epilepsia activa, definiendo esta última como dos o más crisis discapacitantes en el transcurso de un año1.
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