Andreu Massot Tarrús
Servicio de Neurología, Hospital Universitario Vall dHebron. Barcelona
Introducción
Los pacientes con convulsiones, epilepsia o problemas relacionados suponen el 0,7-1,2% de las visitas al Servicio de Urgencias (SU)1,2. El 50-63% de estos
pacientes son epilépticos conocidos en tratamiento con fármacos antiepilépticos (FAE)1-5, los cuales suponen el 40% de los ingresos hospitalarios por crisis epilépticas5.
Los pacientes epilépticos conocidos acostumbran a acudir a Urgencias por descompensación de sus crisis, lesiones traumáticas secundarias a ellas o por efectos adversos relacionados con su tratamiento antiepiléptico.
Descompensación de las crisis epilépticas
A pesar de la introducción en los últimos años de nuevos FAE, con un mejor perfil farmacocinético y de tolerabilidad, y de que ello haya supuesto una leve
mejoría en el control de los pacientes, entre la cuarta parte y el tercio de la población epiléptica padece epilepsia refractaria (ER) con mayor o menor frecuencia
e intensidad de crisis6,7. Hay que tener en cuenta que el 15-20% de los epilépticos catalogados como refractarios presenta eventos de carácter no epiléptico, fundamentalmente crisis psicógenas y síncopes8,9. Estos pacientes, al igual que los pacientes con epilepsia activa controlada, pueden acudir a Urgencias por un incremento en la frecuencia o intensidad de las crisis6, a veces en forma de salvas de crisis consistentes en múltiples crisis en 24 horas en un paciente que habitualmente no las tiene a diario.Aunque suele haber un factor precipitante, en un 15% de las ocasiones ocurren sin una causa aparente10.
Los principales factores precipitantes de crisis en pacientes epilépticos conocidos atendidos en el SU son prevenibles y se deben a:
- Mal cumplimiento del tratamiento antiepiléptico: objetivado en el 27-45% de los casos5,11,12 y hasta en un 67% en países en desarrollo13.
- Baja concentración sérica de los FAE: presente en el 33-56% de los pacientes1,5. Las causas pueden ser un seguimiento inadecuado del tratamiento, una dosificación insuficiente por reciente inicio o modificación del fármaco o interacciones con otros fármacos.
- Tampoco es raro encontrar niveles bajos a pesar de una dosificación y cumplimiento correctos10.
- Otras causas son el consumo o privación de alcohol (6,5-7,3%)1,5, la privación de sueño (7,5%), el aumento del estrés (2,5%), las alteraciones metabólicas (2,5%)10, la fiebre y el consumo de otros tóxicos o fármacos.
Así pues, en el SU se investigarán las siguientes posibilidades14:
- Abandono, confusión y olvido de la medicación.
- Baja dosificación de los FAE o cambio reciente en el tratamiento.
- Consumo de medicamentos convulsivógenos, drogas y tóxicos, especialmente alcohol.
- Cambios en el ritmo vigilia-sueño, privación de sueño y estrés.
- Enfermedades concomitantes, especialmente procesos febriles agudos y alteraciones metabólicas.
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